Deja Vu III y final

Sonreía y apretaba el papel entre sus manos, no se atrevía a leerlo, se lo acercó para olerlo, era su perfume, lo reconocía.

Sus piernas le temblaban mientras se acercaba al pupitre donde se sentó para no caer desmayada, tu estomago tenia miles de mariposas y todas revoloteaban a la vez.

Miró aquel papel, lo dejo sobre la mesita, pasó su mano sobre él y pensó

– Si lo abro, ¿terminará la magia?-

La nota decía: “ …es aquí en este lugar donde todo comenzó, el sitio donde empezamos a dar vueltas y vueltas sin encontrarnos, es este el lugar al que no llegue aquella noche, es el lugar que abandonaste herida, el mismo lugar al que regrese arrepentido, y nadie abrió aquella inmensa puerta

Sabia que vendrías algún día buscando la repuesta, la explicación a tanto desencuentro, aquí la tienes, allí en aquella habitación esta nuestra historia, reencuéntrala te lo imploro”

Volvió a mirar a su alrededor, comenzó a hurgar en los cajones, efectivamente en cada rincón encontró pedazos de una historia tan antigua como aquella mujer que veía en el espejo, trozos de su vida junto a él, cartas que hablaban de amor, papeles viejos, promesas que evidentemente no se cumplieron…

Todo comenzó a encajar, cada pieza estaba allí solo debía ponerla en su sitio, era él que ahora volvía, para recuperar el tiempo, para encontrarse con ella en la vida, no sabia como lo había echo pero ella estaba allí, en aquel cuarto buscando una historia de amor inconclusa, truncada por la cobardía.

Y lo encontró, aquel anillo, en el fondo del cofre que permanecía lleno de polvo en la mesita de luz, lo tomó, lo miró, lo apretó fuerte en su mano y lloró , lloró hasta que ya sus lagrimas amargas se convirtieron en saladas, tanto tiempo, tantas vidas, tanto, tanto…

Se recostó, no quería pensar, si lo hacia se volvería loca -…no quiero, no quiero, no quiero pensar.- decía, mientras el sueño la embargaba

Un fuerte ruido la despertó y el olor a tostadas le dio apetito,, abrió los ojos despacio…

-Mi cama, mi casa…- camino por aquella habitación amplia de cortinas blancas, envuelta en su plumón y mientras se dirigía a la cocina, pensaba, -que sueño tan extraño, que sueño…-

Y en aquella cocina, preparando tostadas se encontró con él, con sus ojos tan claros y hermosos que la miraban sonrientes.

-Amor, lo encontraste, sabia que lo harías- le dijo acercándose y besándola- y ahora quieres tostadas o…

Dejo caer el cobertor de su cuerpo y se hundió en un beso apasionado, él era su hombre, siempre lo fue y ella lo mantendría a su lado eternamente