sábado, 13 de octubre de 2007

Etapas


Siempre es preciso saber cuando se acaba una etapa.

Si insistes en permanecer en ella, mas allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

Puede pararse mucho tiempo de tu presente revolcándose en los porqués, en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cual cosa.

El desastre va a ser infinito porque en la vida, tu, yo, nuestros amigos, nuestros hijos, nuestros hermanos, todos, estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos!

Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, tirar documentos , libros por vender o regalar.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!

El pasado ya pasó.

No esperar que te devuelvan, no esperar que te reconozcan, no esperar que alguna vez se den cuenta de quien eres.

Suelta el resentimiento, darle y darle a un asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, amargarte.

La vida esta para adelante, nunca para atrás.

Porque si andas por la vida dejando puertas abiertas por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Relaciones o amistades que no cierran, posibilidades de regresar… ¿a qué? necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.

¡Si puedes enfrentarlo hazlo ya!, sino, déjalo ir, cierra capítulos. Di que no, que no vuelves.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio.

Ya no serás el mismo que se fue hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el círculo. Ni tu serás igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no esta en tu vida. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir, porque cuando vine a este mundo, llegue sin adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegada a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr.

Pero…cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacude, suelta. Hay tantas palabras para definir salud mental, y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir adelante con tranquilidad.

2 comentarios:

  1. El secreto esta en saber el momento exacto en que debemos desprendernos de aquello que nos hace daño.

    ResponderEliminar
  2. acaso con la edad te estas poniendo cada vez mas sabia? que buena aprendiz me saliste brujita te quiero mucho. besos

    ResponderEliminar

Deja tus gotas de rocio: