martes, 26 de abril de 2011

Hay un periodo en que los padres quedamos huéfanos de hijos


Ellos crecen independientemente de nosotros, como árboles murmurantes y pajaros imprudentes. Crecen sin pedirle permiso a la vida, con una estridencia alegre y a veces con alardeada arrogancia.


Pero no crecen todos los dias. ¡ Crecen derrepente!


Un día, se sientan cerca tuyo, y con increible naturalidad te dicen cualquier cosa, que te indica que esa criatura hasta ayer en pañales y pasitos temblorosos e inseguros, creció...¿ Cuándo fué...que no lo percibiste?


¿Dónde quedaron las fietas infantiles, los juegos en la arena y los cumpleaños con payasos?


Crecieron en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.


Ahora estas ahí, en la puerta de la disco o de una fiesta, esperando ansioso no sólo que no crezca

sino que aparezca.


Allí estan tambien muchos padres al volante, algunas caras que conoces , otras que jamas viste, esperando que salgan zumbando con sus pelos largos y sueltos,sus tenidas extrañas, sus primeros maquillajes, sus aros estramboticos, sus skates, es fin, ellos...sulfurados y felices casi hiperventilados por la adrenalina y fulgor de sus primeras fiestas, sus primeros amores... tal vez secretos ,sus primeras llegadas tarde a casa.


Y ahí estamos nosotros, con mas años de los que quisieramos, con nuestras primeras canas disimuladas...


Y son nuestros hijos, a los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escazas cosechas de paz, de las malas noticias y las dictaduras de las horas, de los buenos y malos momentos.


Ellos crecieron observando y aprendieron de nuestros errores y nuestros aciertos; principalmente con nuestros errores que esperamos no repitan.


Habrá un tiempo en que los padres nos quedaremos aún mas huerfanos de hijos, en el que ya no los busquemos en las puertas de las discotecas o en el cine.


Pasara el tiempo de las clases de guitarra,el futboll, el ballet, la natación...


Porque habrán salido del asiento de atras y tomarán el volante de sus propias vidas.


Al principio cuando pequeños, nos acompañaban al campo, a la playa, a la piscina, a reuniones familiares o con amigos, sin faltar las navidades ni las fiestas, y lo hacian con entusiasmo y energia. Habia grandes peleas en el auto por la ventana, la musica, la parada a comprar una bebida en el servicentro, casi siempre cuando mas atraso había.


Despues llego el tiempo en que viajar con los padres se volvió un esfuerzo, pues era muy dificil separarse de los amigos y los pololos.


Y sin darnos cuenta volara el tiempo, y nos quedaremos los padres sin los hijos. Y tendremos la soledad y tranquilidad que siempre habiamos deseado, pero, paradojalmente añoraremos los ruidos de nuestros niños.


Y llegara el momento en que sólo los miremos de lejos y en silencio, esperando que elijan bien el camino que los lleve a su felicidad


Y entonces seguramente será que pensemos que deberiamos haber ido mas junto a sus camas por las noches, para escuchar su alma respirando entre las sabanas de la infancia. Y cuando fueron adolescentes, haber aceptado comprensivamente aquellos dormitorios llenos de posters coloridos, musica ensordesedora, ropa tirada alrededor, llamadas telefonicas interminables, guitarras que sonaban amplificadas, pero que los hacian tan felices que sus caras rosadas esbozaban sonrisas tan maravillosas como inocentes.


Mientras los tengamos a nuestro lado, no los dejemos crecer sin exijirles que cumplan sus deberes pero, teniendo siempre presente algo muy importante ¡ entregarles en forma palpable nuestro amor incondicional!


JAMAS DEJEMOS DE DECIRLES QUE ELLOS SON CAPACES, NO LOS SUBESTIMEMOS NUNCA!!!!





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