Un parasito unicelular, eso es algo que sé, una de las pocas cosas que sé aparte de que corre por mis venas reproduciéndose… espero que muy lentamente y con mucha flojera.
Que se demore mucho en llegar al corazón en eso estoy trabajando, tal vez por eso a veces siento que esta roto, partido, quebrado, tiene tantas cicatrices que puede perfectamente ceder al ataque de invertebrados unicelulares si éstos son un ejercito algo masivo.
En teoría que mi corazón manifieste un crecimiento por culpa de ellos podría ser bueno, esto ¿ me haría mas generosa? , ¿ mas noble? , ¿ mas dadivosa? Mientras de apoco pierdo la capacidad de respirar, es como pensar que ahorro mi aire para que los demás lo respiren, filantropía pura.
En el fondo , pero bien en el fondo supongo que no es tan malo, jamás dejare de andar acompañada, es sólo que la compañía no parece la mejor y mas entretenida, yo que soy una persona que socializa con demasiada facilidad encuentro algo excéntrico caminar interactuando con mi parasito, parasito al que ¿tendré que bautizar? ,algo así como bichito, gusanito, culebrita, se me ocurre una cantidad de nombres para este habitante desgraciado que por cierto no tiene la culpa de vivir circulando por mi torrente sanguíneo.
La verdad es que la culpa no la tiene nadie, ni siquiera la desdichada vinchuca que tuvo el privilegio de alimentarse de mi sangre, ya que la pobre infeliz sólo vivió 120 días y por si esto fuera poco los vivió enferma de chagas y de pasadita me lo contagió.
Se que no es una enfermedad muy común , sé también que el nombre suena a algo mas grabe, pero también sé que puedo vivir con ella, luchar para que no se aloje por allí y me haga daño, tengo mas de dos motivos para querer vivir plenamente el resto de mi existencia
Se les agradece la preocupación…
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